DISCUSIÓN


La respuesta suave aparta el enojo,  pero las palabras ásperas provocan la ira Prov. 15:18

Un conflicto no manejado se puede convertir en una discusión, y por lo general  manejamos las discusiones, argumentando con rudeza, voz alta y mucha fuerza en las expresiones o tratando de vencer y dominar; de ninguna de las dos maneras lograremos superar los desacuerdos.

La razón por la cual actuamos así en las discusiones, es porque estamos acostumbrados a actuar de forma defensiva u ofensiva y para completar la equivocación, con frecuencia abrimos la boca y expresamos libremente nuestras opiniones porque nos gusta ser reconocidos y que nos elogien. 
Aunque parcialmente tengamos la razón, es muy posible que no contemos con toda la información acerca del asunto en discusión,  pero una vez que hemos expresado nuestras opiniones, estamos comprometidos con la defensa de nuestra posición y cada vez nos va a costar más admitir que podemos estar equivocados.

Es por eso que debemos manejar  las discusiones o contiendas manteniéndonos con un ánimo constructivo y de crecimiento, aprendiendo a responder, ya que es de gran poder y requiere un proceso de aprendizaje; por ejemplo: Con una sonrisa y una respuesta delicada controlaremos sabiamente la contienda. De hecho, “Una sonrisa es poder”. Si alguien se encuentra discutiendo con nosotros y sabemos que tenemos razón, si sonreímos (no burlesca ni irónicamente) y aportamos una respuesta delicada, la conversación se tornará difícil para la otra persona y le enviaremos un mensaje pacifico que le dirá que tenemos la información o que estamos seguros de lo que se habla.

Nunca debemos despedirnos o terminar una discusión sin haber establecido un cierre pacífico, siempre deberíamos estar en condiciones de estrechar la mano de la persona con quien discutimos y decir: “Es posible que no estemos de acuerdo en todo, pero seguramente habrá lugar para ello”. Conservamos las buenas relaciones, porque así ganamos influencia. 

No se trata de ganar el argumento a todo costo: cuando una discusión produce más calor que luz, es porque se convirtió en una pelea. Una actitud agresiva nos puede llevar a pensar que ganamos la discusión, pero en realidad sólo ganamos cuando logramos conservar buenas relaciones y la comunicación con la otra persona.


También es importante que no mostremos actitudes jactanciosas. Usemos palabras que suavicen la comunicación con la gente. “Voy a darle mi punto de vista” o “Es posible que no tenga razón, pero me gustaría exponer mi opinión...” de esta manera no imponemos a la gente nuestras opiniones. Es posible que los otros se sorprendan de esa actitud. Al actuar con humildad utilicemos expresiones tales como: “Es posible que usted tenga razón” o “Ese es un punto de vista interesante”. Todos los buenos comunicadores deben saber ser humildes. Por eso no  está mal decir “No sé” o “No estoy seguro” cuando así sea. Debemos tener en claro que nadie lo sabe todo y admitirlo ante los demás es quizás uno de los aspectos que más favorece la comunicación.

Muchas personas no valoran la discusión porque asumen que es una pérdida de tiempo y de esfuerzos. Sin embargo, las discusiones existen en la realidad y debemos saberlas manejar  para encontrar lo valioso de ellas.

Pasos a seguir
1.       Tenga buenas relaciones para tener buena comunicación y viceversa. Las buenas relaciones le dan   la posibilidad de comunicar sus opiniones sin rencillas. Es más importante mantener la buena relación con las personas, que perder amistades e influencias.
2.    Póngase rápidamente de acuerdo con su interlocutor. Cuando tenga malentendidos, y todos los tenemos, es importante que mantengamos la comunicación. Lo anterior significa estar de  acuerdo en que se expresen otras opiniones, aunque esté en desacuerdo, con la opinión de la otra persona. Así la comunicación será grata para las partes, pues se pueden expresar libremente.
3.  Sea sensible y detecte cualquier malestar en la comunicación. Evite ponerse a la ofensiva, porque la otra persona se sitúa a la defensiva; y esto levanta paredes que cortan la comunicación. No anule ni desprecie la opinión de los demás, más bien estúdiela.
4.  De cómo se dice, “lo siento”, si hablamos en voz baja y respondemos lentamente, mientras la otra persona se acalora y subida de tono empieza a enojarse, esta persona se derrota a sí misma. Manejar bien las confrontaciones es una habilidad muy poderosa que muestra madurez y que permite mantener buenas relaciones con otros.


 Pensamiento para reflexionar
“La mejor manera de ganar es olvidarse que existe un marcador.”

EL CONFLICTO



Sigue adelante en los preparativos para el conflicto; Pero la victoria procede de Dios. Prov. 21:31

Los conflictos provienen especialmente de la diferencia de opiniones. Existen personas que piensan que la vida no debería tener conflictos, pero detrás de cada hombre o mujer hay una historia de conflictos.

Los conflictos son batallas de ideas. Es posible que haya  conflicto,  cuando alguien concibe una idea nueva y la presenta a otros, la gente como no la entiende en un principio, la rechaza. Más tarde al discutir la idea, explicarla de varias maneras y proponernos allanar el camino, está se puede volver muy popular. Crear un ambiente que apoye nuestra idea y que sirva para que otros la comprendan, es una forma de pensar en los demás y por ende en el éxito de esta.

Los seres humanos por ser imagen y semejanza de Dios tienen la capacidad de crear. Se crea  a través de ideas.  Debido a que una idea estimula a otra y luego otra, se producen muchas opiniones. Debido a que la mayor parte de nuestra vida gira alrededor de aprender a actuar según esas ideas,  se puede causar conflictos. Pero mediante estos, crecemos y logramos tener una perspectiva distinta de las dificultades si los manejamos, ya que descubrimos nuestras fortalezas y debilidades.

Debemos aceptar siempre los conflictos como algo natural de nuestra existencia, ya que la mayoría de las nuevas ideas son rechazadas porque entran en conflicto con lo tradicional, para no entrar en guerra y  evitamos las peleas; hay que manejarlos y para esto es necesario razonar, escoger, superar y resolver.
Al manejar los conflictos se da lugar a la libertad de expresión, asunto crítico en  el hogar, en el sitio de trabajo y en la sociedad en general. A la gente se le debe permitir expresar sus puntos de vista, abriendo el espacio a la discusión e intercambio de ideas; sin permitir que la situación  se salga de control, dando tiempo de maduración a las ideas para que el conflicto no se vuelva una pelea que termine separando a las personas, en vez de la construcción de nuevas y mejores ideas.

Tengamos en cuenta que al perder también hay aprendizaje. Porque al perder es posible percatarse cuales fueron  los elementos que le hicieron falta para alcanzar el logro. Así es como aprendemos. Ya que el entender es el resultado tanto de los éxitos como de los fracasos. Lo cual nos debe hacer olvidar del orgullo porque el que se enorgullece pronto será humillado.

Pasos a seguir

1. Mire la victoria o la derrota como progreso  y no como razón para valorarse o disgustarse con su vida, o con otros.
2. No vanagloriarse por las victorias. Asuma mejor una posición discreta cuando pierde o gana. Sea igual de responsable en ambos casos, pero sea especialmente humilde cuando gana. Si al ganar una discusión pierde un amigo, ha ido muy lejos.
3. Prepárese para los conflictos, sabiendo que puede involucrarse en uno en cualquier momento. No pierda de vista esta realidad: siempre hay que prepararse para la vida.

Pensamiento para reflexionar
“Las victorias tienen muchos padres y las derrotas parecen huérfanas.”

MORALIDAD


La influencia activa de los buenos ciudadanos hace prosperar la sociedad; la decadencia moral de los malvados la conduce cuesta abajo  (Prov. 11:11)





Cada especie fue creada con comportamientos fijos para su cabal funcionamiento. En el caso de los animales, éstos poseen un marco de acción definido que es suficiente para encarar las situaciones para su supervivencia. Este marco es el instinto. A diferencia de  los animales, el ser humano posee el don de razonar. Esta capacidad le permite conocer, entender y seguir valores que determinan las consecuencias de sus acciones. No es para inventar y  agregar razones para justificar nuestras acciones.

La moralidad es clave para el éxito de una sociedad. Sin patrones de moralidad que regulen el comportamiento, el autocontrol individual no existiría. En una palabra, sin los estándares morales la sociedad no podría funcionar apropiadamente.

El ser humano dispone de dos códigos para regirse en la vida: el primero es la conciencia, es decir, el sentido de lo que es correcto y de lo que es incorrecto; el segundo lo constituyen  los principios universales (Normas, reglas, mandamientos).


Actuamos por convicción dentro del patrón diseñado. Este patrón son los Principios Universales, estos constituyen nuestro código de una conducta apropiada. Nuestra vida funciona correctamente cuando   vivimos  y nos comportamos dentro de unas  pautas claras. Si por el contrario, nos llenamos de deseos egoístas y justificaciones humanas, tomaremos decisiones inmorales y por ende incorrectas. Mediante el principio de la moralidad auto regulamos  la mente canalizando la creatividad y la imaginación. Todo lo creado tiene un sistema que lo auto regula, de lo contrario se autodestruye.

Cuando la mente no posee lineamientos puede llevarnos a situaciones por fuera de lo  moral y además, autodestruimos. El conocer y guiar nuestro comportamiento por los Principios Universales (Ej. mandamientos)  nos lleva solo a hacer lo correcto y nos mete en la autopista de los logros, la integridad, la satisfacción y la paz.

Si manejamos nuestra moral al unísono de los principios universales nos convertimos en personas transparentes y no tienen problemas para mirar a las personas a los ojos. Nuestra conciencia siempre está tranquila,  debido a que los principios universales nos enseñan cómo debemos construir buenas relaciones con los demás, como  crear y sostener una sociedad moral.


Comprender y vivir de acuerdo a los principios no es asunto de una religión o una ideología, sencillamente se trata de construir una vida y comunidad sana. Los primeros beneficiados somos nosotros mismos.


Pasos a seguir
1.           Alimente su mente con principios universales. Aprovechando que el ser humano es libre en sus pensamientos, es propicio alimentar su conciencia éstos. De otra forma, sus comportamientos son dominados por impulsos, deseos y las justificaciones humanas.
2.           Evite distorsionar los valores. Con la conciencia apoyada en justificaciones humanas puede llegar a invertir los valores y considerar que lo malo es bueno y lo bueno es malo.
3.           Acepte y sea sincero. Exponga sus situaciones frente a los principios y valores; si pasa la prueba, son morales: recuerde que la repetición de acciones correctas genera una sensibilidad a los actos morales. Por el contrario, la constante práctica de acciones incorrectas endurece el corazón y van alejando de lo moral, de las personas y de nuestros propósitos correctos.
4.           Siga una moralidad que tenga que ver con justicia para las partes involucradas. El precepto más claro para ser justo es: “no hagas a otros lo que no quieres que hagan contigo”. No es una sugerencia, es un deber.
5.           Diferencie entre lo acostumbrado, lo legal y lo moral. Algunas personas creen que cualquier cosa, por ser legal, es moral. Las leyes deben estar subordinadas a los principios universales. El aborto, el homosexualismo y la dosis personal en el consumo de narcóticos pueden ser legales, pero no es moral.
6.           Desarrolle su sentido común. La mayoría de los valores morales son asuntos de sentido común. Se trata de aplicar lo obvio. Use la razón para encontrar “el por qué” necesita los principios universales. No para justificarse. Enséñele a otros, en especial a los niños a usar el sentido común.

Pensamiento para reflexionar
“Cuando la fortuna se pierde, nada se pierde. Cuando la salud se pierde, algo se pierde.
Cuando la moral se pierde, todo se pierde”.

CORAJE














Coraje es tomar el riesgo y avanzar hacia una meta de valor, es ir más allá del entusiasmo y de las buenas intenciones. Pasar del deseo a la acción, es quizás la parte más complicada para un líder. Muchas personas con visión  se quedan, se paralizan en el camino y terminan sin el entusiasmo inicial. Las mejores ideas y las más nobles intenciones se pueden perder si no se realizan y para ello se requiere de coraje.

El coraje les permite a las personas transformar sus visiones en acciones concretas. De hecho, la única manera de comprobar en que creemos es por lo que hacemos. Para conocer a alguien  en su esencia, no basta con leer lo que escribe ni escuchar lo que piensa, hay que observar lo que hace. Definitivamente, nuestra vida se limita o se proyecta de acuerdo con lo que hacemos o lo que no hacemos.

Tener coraje exige mucho de nosotros. No sólo se trata de tener una visión sino también  desarrollar los elementos para hacerla realidad. Coraje es la valentía de hacer lo que otros no han hecho y de llegar a donde otros no han llegado. El coraje es arriesgarse y explorar lo desconocido, factor  esencial para el progreso. El coraje es contagioso porque nos involucra y hace que otros se apasionen. Es la visión en acción y lo que nos hace abandonar la zona cómoda de nuestras vidas.

María de 10 años, la hija menor de los Martínez, nació sin un musculo en el pie, razón por la cual debe usar un aparto. Un día llegó del colegio y les contó a sus padres que había estado compitiendo en las carreras atléticas. Los padres pensaron inmediatamente en que tenían que darle mucho valor a su hija y animarla. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, María les conto: “Papi, mami, gané dos de las carreras” ellos se quedaron sorprendidos y luego la niña añadió “Claro que tuve ventaja”. Los dos se miraron y pensaron que habían dejado salir a la niña antes para darle una ventaja. Pero antes de que sus papás pudieran decir una palabra, María dijo: “No crean que me dejaron correr primero que los demás. Mi ventaja fue tener que trotar más fuerte que los demás”.

La persona de Coraje hace compromisos y  los cumple, desarrolla la capacidad de asumir riesgos y trabaja constantemente para hacer realidad las convicciones en las que cree.

Pasos a seguir
1. Intente hacer algo que usted cree que no puede hacer solo.
2. Busque a quién rendir cuentas acerca de compromisos y decisiones que ha adquirido. Es la mejor manera de tener un control externo que verifica el cumplimiento de sus compromisos.
3. Convierta el coraje en un hábito.
4. Entreviste a una persona de coraje. Trate de descubrir por qué tiene coraje.
5. Domine el miedo y el temor.
6. Antes que nadie, exíjase a sí mismo. Acostúmbrese a ser una persona decidida y que asume responsabilidades.


Pensamiento para reflexionar
“Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen nada”

PROSPERIDAD


Los que trabajan empeñosamente se enriquecen (Prov. 10:4)


 La mayoría de las personas en el mundo desean la prosperidad, por otro lado algunas creen que poseer riqueza está mal y que la pobreza es señal de piedad. Esta creencia, prevalece especialmente entre las personas religiosas, pero es una mentira. Cuando hablamos de riqueza no nos referimos solo a las finanzas, la prosperidad es mucho más que eso.  La prosperidad que perdura es consecuencia de hacer lo correcto con perseverancia y esfuerzo. Si nos esforzamos en producir y hacer el bien obtendremos muchos beneficios.Hay una recompensa esperando a los que hacen lo correcto y trabajan con empeño:La prosperidad.

Tenga cuidado y no se deje engañar, el sistema  está establecido  para preparar más consumidores y personas que exigen derechos, que personas productivas y que cumplen sus deberes.
 
Cuando vivimos el principio de prosperidad el universo se confabula con nosotros  y nos lleva a que las cosas se den a nuestro favor y de esta manera se potencia lo que hemos hecho.Si asumimos una actitud productiva y correcta, ésta nos aportará recompensas y respeto, que mantienen y alimentan nuestro espíritu.

Si no nos esforzamos, no tenemos el empuje para ganar algo y desperdiciaremos nuestro paso por la vida sin trabajar realmente con ahínco, sin crear nada.Somos creadores de bienes, servicios y riqueza. Cuando trabajamos duro, con empeño, creamos algo y construimos. Esto es lo que realmente trae prosperidad.

La prosperidad se manifiesta en nuestras vidas cuando desarrollamos una voluntad que conduce hacia metas, aportando resultados, no palabras vacías;  así influiremos sobre otros. El trabajo duro aporta utilidades, pero las solas palabras acarrean pobreza. Cuando trabajamos duro, con empeño, y seguimos Principios Absolutos, recibimos recompensas y éxito prolongado. De tal manera que determinamos nuestro propio futuro. De hecho, nosotros lo construimos, si estamos bien estructurados; si seguimos los principios universales los cuales están diseñados para darnos la prosperidad, porque donde quiera que se practiquen habrá mucha prosperidad.

El trabajo duro, la creatividad, la paciencia y  la esperanza, son virtudes que contribuyen a la prosperidad. La mayoría de las personas desean la prosperidad, sin embargo no están dispuestas a pagar el precio para conseguirla de la forma correcta. También  la obediencia y la práctica de los principios universales,  mediante  disciplina y perseverancia nos recompensan el esfuerzo y al final saldremos ganadores  y su tiempo, llegaremos a la cima.

Pasos a seguir

1.            Desee la prosperidad y búsquela en forma adecuada. Como todo en la vida, la prosperidad parte de que usted la desee y haga lo correcto para encontrarla.
2.            Siga las instrucciones que nos dan los principios para salir de la pobreza: “Trabajar con ahínco y no dar lugar a la pereza ni a la mezquindad.”
3.      Busque siempre la manera correcta de hacer que los principios  funcionen,  esto pone el universo a su favor, así se enfocará  en el blanco y podrá actuar, haciendo las cosas con sentido.
4.        Sea agradecido y ayude a otros,  sume y multiplique ideas, talentos y esfuerzos. Así puede salir de la pobreza y mostrarles a otros cómo salir.

Pensamiento para reflexionar
“La diferencia entre el rico y el pobre consiste en cómo manejan sus vidas”

SEMBRAR


Es posible repartir lo que se tiene y aumentar la riqueza;
                            También es posible mostrarse avaro y perderlo todo. (Prov. 11:24)


En cualquier sociedad hay ganadores y perdedores. La diferencia entre los unos y los otros radica en los valores o principios que siguen. El principio de sembrar establece que es posible dar y sin embargo tener más, lo cual significa que está en nosotros el tener poco o mucho. La diferencia radica en si nos aferramos fuertemente a nuestro  conocimiento, ideas, sueños, habilidades y dinero o si damos (sembramos) de lo que tenemos para ayudar a otros. En otras palabras, sembrar, produce una corriente, un fluir.  Es decir recibimos, para tomar, parte para nosotros mismos, y otra parte para dar a los demás. Si tomamos sólo para nosotros, estamos deteniendo el fluir y represando la corriente.  Este principio nos enseña que las posibilidades de recuperar en abundancia cualquier cosa que sembramos, son inmensas.
 

Si no nos comemos todo el trigo y separamos unas semillas y las sembramos, cosecharemos diez o  hasta cien veces más de lo sembrado en algunas oportunidades, hay que manejar un punto de equilibrio entre  con que nos quedamos o retenemos y lo que damos o  sembramos. Pero podemos estar seguros de nuestro futuro si tenemos la buena  costumbre de sembrar, ya que  si no lo hacemos, no volveremos a recolectar (Cosechar).




Definitivamente al  sembrar en otros, al cultivarlos, nos cultivamos a nosotros mismos. Sembrar en vida es, pues, un asunto crucial porque cosechamos lo que sembramos. Claro está que tenemos que tener en cuenta ciertos aspectos, que la mayoría no tiene en cuenta, como por ejemplo: Que además de sembrar hay que hacer seguimiento, regar, podar, etc. Que es precisamente lo que hacen los agricultores. Se debe volver un sistema de administración, debemos dar y hacerle seguimiento a lo dado para hacer que fructifique y nos llegue más y más, de lo contrario no sacaremos nada de esa idea, o del esfuerzo dedicado, o del dinero invertido, cualquier cosa que sea lo que sembremos; la abundancia de la cosecha depende no sólo de cuánto se siembra, sino también de los cuidados posteriores. Si no regamos, nos tendremos que  conformar con la mera acción de dar. La multiplicación proviene del seguimiento a la acción; proviene del riego.  Se requiere un trabajo, un esfuerzo. La cosa no es tan mágica como pretenden enseñar algunos. Hay un viejo adagio que es  un principio de vida: “El trabajo nos enseña a crecer” porque cuando plantamos, le hacemos seguimiento a algo. El Principio actúa en nosotros y nosotros interactuamos con el principio.  Dar y alejarnos no permite que la buena acción florezca.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es  que no debemos preocuparnos tanto por reclamar los derechos por haber sembrado. Muchas  veces oímos decir: “Tengo derecho a esto”. Esta actitud es contraria a la de sembrar.  Es obvio, lógico que si sembramos tenemos el derecho a creer que cosecharemos, ya que el principio lo enseña así; y no tenemos que andar reclamando derechos. Cuando conocemos como funciona el principio (Fe) sabremos que cualquier cosa (semilla) que sembremos, dinero, tiempo, consejos, valores, ideas, etc.;  volverá. Cuando caminamos por las calles y sonreímos, el noventa por ciento del tiempo recibimos una sonrisa como respuesta.
  

Pasos a seguir

1.            Siembre, siembre. Si no siembra no podrá cosechar. No podrá ser receptor de bienes sin antes constituirse en benefactor para otros. El principio de la siembra constituye la diferencia entre ganar y perder. Los principios universales son efectivos. No siempre producirán recompensa inmediata, pero con seguridad, la traerán.
2.            Gánese el pan. El propósito de no alimentar a quien no trabaja es que el hambre lleva a aprender la lección, de que hay que ganarse el pan. La vida es un regalo, pero lo que le pase en el transcurso de esta; es el resultado de lo ganado. Usted gana lo que llega a dar.
3.            Siembre abundantemente. El principio de la siembra hace parte de los principios absolutos y no puede ser quebrantado sin sufrir las consecuencias. Si sembramos poco, cosecharemos poco.
4.            No dé lugar a la pereza. Esta impide plantar, sembrar y regar.
5.            No permita la mezquindad. La mezquindad hace que usted se aferre al dinero, a las ideas, a los talentos que Dios le ha dado. Atesorar para sí mismos es una clase de temor a la competencia. El hombre generoso se volverá rico porque es generoso con respecto a sí mismo, su tiempo y su talento. Lo que entregamos es lo que construye. Por ello, el proverbio establece que dando nos volveremos más ricos.

Pensamiento para reflexionar
“Si no le gusta lo que está recogiendo, es bueno que empiece a sembrar algo diferente”

SENTIDO COMÚN


Toda empresa se fortalece mediante el sentido común Prov. 24:3















El sentido común es lógica sensata, razonamiento práctico que usa la evidencia sencilla para resolver las situaciones.  El sentido común se da al aplicar la sabiduría práctica, sin mucha sofisticación, pero de gran utilidad.

La vida  no fue creada para ser complicada. Cuando nos apartamos del sentido común, desaparece la sencillez de las cosas y podemos caer  en  complicaciones; y es entonces cuando perdemos el balance en los diferentes aspectos de la vida. Es posible que nuestras mentes estén bajo mucha presión, porque estamos muy ocupados o creciendo demasiado rápido. 

Hay una verdad rotunda en el hecho de que aprendamos más imitando que en la enseñanza formal. En cierta manera, lo que otros hacen, siempre que sea correcto, se convierte en una fuente de experiencia ya probada.  Algunos principios y formas de hacer las cosas son absorbidos antes que aprendidos conscientemente. La manera como nos enseñaron a hacer ciertas cosas casi siempre son las aceptadas, hasta que alguien encuentra una manera más simple o mejor de hacerlas.



El sentido común permite que aunque estemos familiarizados con las cosas, mantengamos una mente abierta, es decir, la actitud permanente de aceptar lo nuevo. La intuición y las corazonadas son manifestaciones del sentido común. Hay que ser sensibles a estas demostraciones de la otra lógica que es nuestro sentido común. A fin de cuentas, éste nos protege y nos orienta en medio de los trechos peligrosos de la vida.

Gracias al sentido común  agudizamos la visión sobre el cambio, lo que nos lleva a cambiar  y mejorar el modo de hacer algunas cosas, sintonizándonos en lo que es correcto y nos alejamos de lo que es incorrecto.



Pasos a seguir

1.       Acepte los cambios o ajustes  que el sentido común sugiere a medida que actúe. Es cierto que ninguna familia, empresa o nación, puede sobrevivir sin ser parte de un plan, pero éste no puede ser tan rígido que no escuche su corazón sugiriendo cosas de sentido común. Los planes sin el uso del sentido común son como leyes sin clemencias o la vida sin perdón.
2.       Mantenga el contacto con la realidad. Al perder el sentido común se pierde el contacto con la realidad. El sentido común le ayuda a mantener el punto de equilibrio. Piense dos veces y con seguridad. Estará actuando con sentido común.
3.       Haga lo que sabe que es correcto, eso es sentido común. Lo opuesto al sentido común es la estupidez. Un Proverbio reza: “El hombre que se conduce por fuera del sentido común va a la muerte”.
4.       Aprenda a pensar de manera práctica. No siempre la educación proporciona sentido común. Algunas veces es tanta la educación que se recibe, que no se puede pensar de manera práctica. Con el sentido común se logra la credibilidad de los demás.
5.       Vaya más allá de la cultura y la costumbre. Evite estancarse por la costumbre la cual tiende a volverlo mediocre, o corrupto en sus pensamientos y acciones. Rompa con esas barreras, use el sentido común.

 Pensamiento para reflexionar
“Definitivamente, hay que volver más común el sentido común”



PLANEACIÓN EFECTIVA


Toda empresa tiene por fundamento planes sensatos Prov. 24:3

Una buena idea puede valer millones de dólares. Eso puede volverse realidad siempre y cuando exista un plan para desarrollarla. De hecho, la idea puede valer mucho dinero pero perderá su valor si no hay un plan que se ejecute y obtener el resultado que se espera. La vida es muy bella cuando sabemos para dónde vamos, cómo podemos llegar y cuándo estamos caminando hacia nuestro destino. Alguien afirmo que debemos vivir cada día como si fuéramos a morir mañana y planear la vida como si fuéramos a vivir cien años. Si no planificamos nada, nada sucede. Para poder hacer algo en la vida, necesitamos tener inspiración  pero si no sabemos qué hacer ni para dónde ir, no tendremos claridad de como obtendremos lo que queremos para nosotros, para quienes amamos y para la sociedad. Muy pocas cosas se logran hacer sin una visión del futuro y sin un plan sobre cómo cristalizar ese futuro.

No todo lo que planeamos se cristaliza. Pero podemos medir los resultados de acuerdo con nuestros estándares. Y si es necesario, los podemos reajustar de manera más realista. Esto es planear sabiamente. Toda planeación debe estar aterrizada en tiempos reales, constantes y concretos durante el día o la semana hasta asegurar lo que queremos. La agenda de una persona efectiva debe estar llena semanalmente en un ochenta por ciento con las actividades que considera indispensables para llevar a cabo sus metas; el veinte por ciento restante, debe estar abierto para las eventualidades y lo urgente. De esta manera, se vive con un propósito en mente y una satisfacción con las labores diarias. Los grandes sueños que nunca se llevaron a cabo, nunca fueron acompañados por un plan y una ejecución. Todo propósito en la vida debe ir acompañado por un plan que se ejecute. Los planes son como el tren de aterrizaje de los sueños, sin su ejecución los sueños quedarán en el aire.

Planear es similar a saber apuntar y dar en el blanco. Al fijarnos metas bien diseñadas, practicamos, dirigimos y seguimos el curso del plan. Nuestra mente, enfocada hacia el objetivo, alcanza entre el ochenta y cinco y noventa por ciento de efectividad. Sin un plan, simplemente respondemos a situaciones a medida que éstas se presentan. Si no tenemos un plan para nuestra vida posiblemente nos convertiremos en parte del plan de alguien. Cuando planificamos asumimos la actitud de gente efectiva, porque sabemos dónde está la canasta para encestar o el arco para meter los goles. De hecho, si no sabemos para donde ir cualquier camino puede servir.

Pasos a seguir

1. Tenga una visión, para que su mente se enfoque hacia un objetivo. Si tiene una visión, esta enfoca las posibilidades en lo que usted quiere. Así, toda su energía y todos sus esfuerzos se dirigen hacia lo que está buscando. La visión es la base de la planeación.
2. Explique su misión. La misión es el propósito de su vida. Cuando tenga claridad de su propósito, conviértalo en parte de la vida misma. Es lo que tiene que hacer para conseguir la visión.
3. Tenga una estrategia para saber cómo va a lograr materializar su plan. Las estrategias le facilitan llegar a su destino porque la visión se despierta y se anima. Recuerde que los buenos planes están provistos de objetivos (metas) a corto, mediano y a largo plazo, e incluye datos de tiempo, lugar y fecha de resultados.

4. Responda las preguntas fundamentales de la planeación:

• ¿Se puede lograr? Lo que usted pretende debe ser viable y realista. Cada día, levántese pensando en qué va a lograr como parte de su plan.
• ¿Podré mantener lo que he logrado? Asegúrese de que cada paso que de lo pueda conservar para consolidar su meta.
• ¿Qué efecto tendrá en mi familia y en mis amigos? Ya que todo tiene un costo, planificar de manera sensata exige considerar con anticipación estos costos. Prevea el efecto que su plan puede causar en las relaciones familiares y de amistad. Sobre todo, decida si el costo es mayor de lo que puede usted “pagar”.
• ¿Qué llegará a ser al final del proceso? Un viejo dicho reza: “El dinero solamente nos hace más de lo que ya somos”. Al elaborar sus planes y fijar sus metas reflexione si sus actuales hábitos están equivocados y si debe cambiarlos. Procure siempre actuar desde un conjunto de valores que produzcan buen carácter. A veces, nos encontramos con personas que por conseguir algo, hacen lo que sea, y al obtenerlo no modifican sus malos hábitos.

Pensamiento para reflexionar
“Sin un propósito definido no tiene fundamento alguno en que basar las decisiones, distribuir el tiempo y usar los recursos”