“Así mismo será el día en que yo venga. El que en aquel día esté en la azotea, no descienda a recoger sus pertenencias; y los que estén en el campo, no regresen al pueblo. ¡Recuerden lo que le sucedió a la esposa de Lot! El que procure salvar su vida la perderá, y el que la pierda la salvará. Aquella noche habrá dos personas en una misma cama, y una será tomada y la otra no. Dos mujeres estarán realizando los quehaceres de la casa, y una será tomada y la otra no. Y habrá dos hombres trabajando en el campo, y uno será tomado y el otro no” (Lucas 17:30-36)
Los muertos por la causa de Cristo serán resucitados juntamente con los sensatos y serán alzados de la tierra “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo (por la causa de Jesús) resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentados los unos a los otros con estas palabras”. (1° de Tesalonicenses 4:16-18). Se nos está advirtiendo que solamente los cristianos sensatos (Vírgenes sensatas), prudentes y sabios a juicio del novio (Jesús), serán arrebatados para participar en sus bodas.
“Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzados a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartados de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Y he aquí, hay postreros que serán primeros, y primeros que serán postreros”. (Lucas 13:23-30).
Nos previene Jesús que después de haberse llevado a cabo el arrebatamiento llegarán también las otras vírgenes, diciendo: “¡Señor, Señor, ábrenos!”. Por favor, ¡que los vendedores de la salvación digan al respecto algo sensato; algo valedero delante de ese hecho que acontecerá, que muchos no serán arrebatados, que miles de cristianos no participarán de las bodas del Cordero, que no se salvarán de la gran tribulación! ¿O acaso clamarán de esa manera quienes no fueron seguidores de Jesús? Su clamor, ¿es evidencia de que son salvos? (Mateo 25:11) ¿Dónde quedará esa doctrina que da por hecho la salvación frente a la respuesta de Jesús: “Pero él, respondiendo, dijo: De cierto os digo que no os conozco”? (Mateo 25:12). ¿Cómo así que no los conocerá? ¿Acaso no eran parte de las diez vírgenes? ¿Acaso no son cristianos? ¿Cómo es que siendo vírgenes es decir, cristianos, no se salvaran de la gran tribulación? ¿Cómo es que siendo parte de las diez vírgenes no participaran de las bodas? ¿Jesús no conocerá a quienes identificándose como “cristianos” le clamaran para que los incluya en es arrebatamiento?
Qué irán a decir los que venden la seguridad de la salvación y los salvos siempre salvos, porque muchos son los insensatos por su culpa. “Más ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando”. (Mateo 23:13). Ante estas evidencias previamente anunciadas, por el mismo Jesús, ¿Insistirán? Una vez sea cerrada la puerta, los que sean dejados fuera ¿de qué serán salvos? ¿De qué salvación se ufanarán, si el mismo Jesús declarará no conocerlos? Delante de esa parábola, ¿Quién se cree juez para asegurarle a otro su salvación o la propia?
“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21). Los insensatos, ¿acaso hicieron la voluntad del Padre? “Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?”(Mateo 7:22). ¿Quiénes le resaltaran a Jesús esas cosas? Los “cristianos”, sobre todo los líderes, por cuanto ellos son los que profetizan en el nombre de Jesús, y en su nombre echan fuera demonios, y en su nombre hacen muchos milagros. ¿Qué les declarara el Señor? “Nunca os conocí. ¡Apartados de mí, hacedores de maldad!”(Mateo 7:23). Dos terribles respuestas y una estremecedora explicación que deja sin fundamento la doctrina de la seguridad de la salvación. La razón es: por ser semejantes a Satanás, “hacedores de maldad”.
Por otra parte, ¿Serán resucitados para participar en las bodas del Cordero aquellos cristianos que en vida tomaron ventaja de sus ministerios? ¿Serán arrebatados para entrar en las bodas del Cordero aquellos cristianos que se aprovecharon de sus ministerios para gozar egoístamente de la prosperidad financiera que lograron vendiendo doctrinas ajenas a la verdad, y se ufanaron de ser muy bendecidos? “Hacedores de maldad” son aquellos cristianos que en vez de atender a los necesitados del mundo se lucieron, se ufanaron, se afamaron, se acreditaron y se enaltecieron, argumentando ser enviados por Jesús. Asimismo fueron injustos haciéndose a costosísimas adquisiciones, y con una falsa modestia se dieron la vida del rico insensato. Ellos mismos se creen salvos cuando aún no ha acontecido el arrebatamiento.
“El que presta atención a mis enseñanzas y las pone en práctica es tan sabio como el hombre que edificó su casa sobre una roca bien sólida, y cuando llegaron las lluvias torrenciales, las inundaciones y los huracanes, la casa no se derrumbó porque estaba edificada sobre roca. Pero los que oyen mis enseñanzas y no les prestan atención son como el que edificó su casa sobre la arena, y cuando llegaron las lluvias, las inundaciones, y los huracanes, la casa se derrumbó y fue grande su ruina”. (Mateo 7:24-27).
Oír no es suficiente, es necesario poner en práctica lo escuchado.
“Permítanme recomendarles, hermanos, lo que en realidad es el evangelio. Por cierto, no ha cambiado; es el mismo evangelio que les prediqué antes. Ustedes lo aceptaron entonces, y perseveran en él, porque cimentaron su fe en este glorioso mensaje. Es por medio de este mensaje que ustedes alcanzan la salvación; es decir, si todavía lo creen firmemente y si la fe que mostraron al principio era sincera”. (1 Corintios 15:1-2).
Las condiciones están a la vista: “perseverar” y “si retenemos la palabra que se nos ha predicado”, entonces seremos salvos. Que conste, eso lo advirtió el apóstol Pablo.
“Porque si la palabra de los mensajeros fue tan firme que cualquier desobediencia fue castigada, ¿Cómo se nos ocurre que podremos escapar si somos indiferentes a la gran salivación que el Señor Jesucristo mismo anuncio y que llegó a nosotros a través de los que en persona lo oyeron? Además, Dios ha confirmado la veracidad de dicho mensaje por medio de señales, prodigios y diversos milagros, y por medio de los dones extraordinarios del Espíritu Santo concedidos, según su voluntad (por el Padre a petición de Jesús), a los que creen”.(Hebreos 2:2-4)







¿Y porqué ese "ovni" al principio de la página?
ResponderEliminarHola joni, buen día
ResponderEliminarlee la reflexión "Nube, carros de fuego, torbellinos = ovni del mes de septiembre en nuestro blog y obtendras la respuesta a tu pregunta
bendiciones!