Decir la verdad da gran satisfacción al
hombre, y el trabajo arduo le redunda en muchas bendiciones (Prov. 12:14)
Las relaciones de calidad se
construyen sobre el principio de la confiabilidad. Si nos fijamos bien, todo lo
creado funciona para inspirar confianza. Nuestras familias, y aún los negocios,
se construyen alrededor de personas y cosas que nos inspiran confianza.La confiabilidad, en general, quiere decir que podemos fiarnos de alguien y estar seguros de su respuesta siempre. Al confiar se asume y se cree en lo que la otra persona hará. “yo confió en que usted llegará a tiempo” o “yo creo en lo que usted me dice”, son importantes manifestaciones de confiabilidad de lado y lado. La confianza es un factor esencial para alcanzar el éxito sostenido, es decir para tener relaciones significativas, amistades duraderas y fructíferas, sociedades exitosas en los negocios y equipo de trabajo eficaces.
La confianza es un simple
estado mental. En tiempos de conflicto es fácil destruirla, pero difícil
crearla; cada mentira o engaño es como una bomba de tiempo. Las columnas de
confianza se edifican piedra sobre piedra. Sin embargo, ninguna torre es tan
alta o tan fuerte, que pueda sostenerse frente a las mentiras y a los engaños que terminan por socavar sus cimientos. Es por
eso que debemos alcanzar en nuestra esencia la confiabilidad, tenemos que
producir una valía en nosotros mismos, adquiriendo constancia y regularidad que
a la postre redundará en mejores condiciones personales, familiares y
profesionales. El valor de las máquinas
se mide por su constancia, mucho más aún el de las personas. La ausencia de
confiabilidad rompe con todo.
Cuando entendemos y aplicamos
este principio en nuestras vidas nos volvemos personas integras. No se cambia en
lo que piensa, lo que dice o lo que hace, porque hay congruencia entre
las tres acciones. Siempre tendemos a cumplir nuestros deberes. No somos de
doble cara y tenemos el valor de hacer lo correcto aunque sea duro y costoso.
La honestidad salta a la palestra haciéndonos personas sinceras, abiertas y que dan la cara. Tendemos
a no mentir y, en especial, no hacemos
promesas que no podamos cumplir, por supuesto, no hacemos fraude ni estafa. Y
por supuesto la lealtad se manifiesta con una adhesión continua
a los principios y personas. Defendemos y cuidamos a los nuestros, convirtiéndonos
en buenos amigos, yendo más allá de las
expectativas de nuestras familias y equipos de trabajo; velamos por ellos, somos
capaces de decir “no” cuando corresponde.
1. Valore a la gente más que
al tiempo o cualquier otro un recurso.
2. Esté atento lo que debe hacer. La reputación de poco
comprometidos nos puede generar barreras en nuestra vida profesional y
personal. La gente termina por no creernos o por no contar
con nosotros.
3. Nunca apele a excusas o disculpas. Prefiera la verdad
para evitar caer en mentiras para cubrirse, lo que empeora y magnifica la
situación.
4. En lo posible cumpla su palabra y espere que los demás
procedan de igual manera. Sea franco, sencillo, fácil de llevar y de entender. Convierta la palabra y el
apretón de manos en contratos.
5. Sea tan previsible y estable como el sol que nos
alumbra en las mañanas. Aprenda a ser constante en sus pensamientos y en sus
emociones.
6. Es muy importante entender que las culturas que no son
francas, claras, fijas y previsibles, terminan por ser desechadas y apartadas
de la prosperidad.
Pensamiento para reflexionar
“Aquel que es confiable es como el sol, siempre está ahí, aun cuando la tormenta esté arreciando”
“Aquel que es confiable es como el sol, siempre está ahí, aun cuando la tormenta esté arreciando”






No hay comentarios:
Publicar un comentario