RELIGIONES, RELIGIONES Y RELIGIONES

La religión es un sistema de la actividad humana compuesto por creencias y prácticas acerca de lo considerado como divino o sagrado, tanto personales como colectivas, de tipo existencial, moral y espiritual. Se habla de «religiones» para hacer referencia a formas específicas de manifestación del fenómeno religioso, compartidas por los diferentes grupos humanos. Hay religiones que están organizadas de formas más o menos rígidas, mientras que otras carecen de estructura formal y están integradas en las tradiciones culturales de la sociedad o etnia en la que se practican. El término hace referencia tanto a las creencias y prácticas personales como a ritos y enseñanzas colectivas.

El número de miembros que conforman las organizaciones religiosas más conocidas del mundo es de tener en cuenta, toda vez que la población aproximada actual del planeta es de 7.000’000.000 de habitantes. A nivel mundial tenemos al Budismo con más de 400 millones de seguidores; el Cristianismo con 1.973 millones (incluye Catolicismo y Protestantismo), el Hinduismo, con 820 millones, al Islam con 1.280 millones y el Judaísmo con 14,2 millones.

Los cálculos aproximados sugieren que hay más de 1.500 organizaciones religiosas solo en  Norteamérica. El humanismo y el supuesto ateísmo forman parte de las convicciones de la humanidad.


Todos, sin excepción, creen de buena fe estar en la verdad. Todos creen en las enseñanzas que reciben. En términos generales, todos se sujetan a ellas y a sus líderes sin contradecir. Las convicciones varían entre lo permisivo, el reformismo y el extremismo. Los hay que practican sus convicciones religiosas de manera exagerada, son los legalistas y los hay “espirituales”. Definitivamente, hay de todo y para todos los gustos.  


Hablemos un poco del “Cristianismo” y analicemos  su situación:
Los católicos  se precian de ser cristianos, y en su amor fraternal, acorde al mandato de Jesucristo, de amarnos los unos a los otros, miran con desdén a los llamados “Protestantes”. Estos últimos convencidos que están practicando la misericordia que ordena Jesús, censuran a los católicos por sus prácticas no bíblicas y sus dogmas de fe, aun cuando sus doctrinas puntales son heredadas del catolicismo. Adentrándonos un poco en el Protestantismo encontramos los llamados “evangélicos”  los cuales critican a los otros “evangélicos”. En pocas palabras, muchos seguidores de Cristo no refrenan sus lenguas y juzgan incluso sin tener claro, sin conocer, sin saber si es verdad o mentira lo que sus hermanos en la fe están recibiendo o viviendo y se creen con derecho a condenarlos y lo que es más grave es que no caen en cuenta del error que están cometiendo y aun peor no tienen conciencia de que están pecando. “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.”  (Santiago 3: 6-8)

Trinidad Cristiana
Ahora bien, los católicos, los protestantes y los evangélicos señalan como sectas a los demás colectivos que no se identifican como católicos o protestantes o evangélicos. Para ellos también son sectas aquellos grupos de corte religioso que no encajan en sus aceptaciones o creencias, sin entender que en sí mismas todas las organizaciones religiosas son sectas, por el hecho de que todas se sectorizan entre sus dogmas y doctrinas.



Trinidad Babilónica.
Existen religiones que se toleran según el hemisferio donde se encuentren. Otras se sobrellevan porque no encuentran el escenario apropiado ni las condiciones para emprender cruzadas de persecución o de exterminio por cuestiones de creencias religiosas. En ciertos países los ortodoxos, los fanáticos y los extremistas la emprenden contra corrientes religiosas que no son de su afinidad. Por ejemplo, actualmente el Islam avanza, sobre todo en Europa, de manera alarmante, ¡más que el Cristianismo!, mientras los extremistas del Islam están arrodillando al mundo, amenazándolo con su nueva arma religiosa: El terrorismo. Todo aquel que censure al profeta Mahoma queda a merced de las reacciones de los fanáticos musulmanes. En Israel, la ortodoxia judía no ha cambiado, aun rechazan a los judíos mesiánicos. Sus extremistas frenan su afán de perjudicarlos por temor a las normas jurídicas de una nación a la cual desearían reprimir y sujetar al estilo fundamentalista.

Trinidad Sumeria.
Mientras tanto en  este amplio círculo viciado de maldad le hace ojitos al Diablo, ganador indiscutible de esa  contienda que a muchos arrastra. Al fin y al cabo, Satán fue el propiciador de las religiones. Este personaje, aceptado por algunas religiones y negado por otras, con esa estrategia audaz e inteligente dividió, fragmentó y  enfrento a la humanidad para distraerla de la verdad.
Trinidad Hindú. Brahma, Siva, Visnú   

En medio de los seguidores de Jesús la contienda se caracteriza por la ausencia entre hermanos del auténtico amor del Altísimo y de su Hijo, a extremos de faltarse el respeto, estando tan ciegos, que creen que supuestamente lo están haciendo en el nombre de Dios. Increíble que esa realidad se ventile en medio de quienes dicen ser seguidores del mismo Dios, del mismo Hijo de Dios y del mismo Espíritu Santo. Cada cristiano cree estar en la “Iglesia” o congregación ungida, única, verdadera y amén. De esta forma se diferencian y se distancian entre si las “Iglesias” y como consecuencia, los creyentes, supuestamente todos afines en lo espiritual, y además hermanos. Con una familia así, ¿para que se esfuerza Satán en dividir?

Trinidad Budista. Buda, Dharma, Sangha.
Esas posiciones contradicen el mensaje del Apóstol Pablo (ex recalcitrante fariseo). “Yo, pues preso en el Señor, os  ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados: con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos.” (Efesios 4:1-6). Esto nos lleva a entender que también hay una sola verdad, es decir la verdad es absoluta, sino deja de ser verdad.

La verdad es la luz que desvanece a la tiniebla (ignorancia, desinformación, tergiversación, distracción, religiosidad)

“Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en  tinieblas.” (Juan 12:46)

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:14-16).

 Por lo tanto un auténtico seguidor de Jesús debe ser un “iluminado” e incluso ser “sal”, por lo menos eso aclaró el mismo Jesús: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere (pierde el ímpetu, el empuje, el valor, el deseo), ¿con que será salada? No sirve para nada, sino para ser echada fuera y hollada (pisoteada, escarnecida, atropellada, abusada) por los hombres.

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